La Casca es un postre en forma de corona que se elaboraba antiguamente en Valencia durante la festividad de los "Reyes Magos", para el día 6 de enero.
Esta festividad como bien se conoce en Europa, representa el paso de los tres Reyes magos de Oriente, que fueron a visitar el nacimiento del niño Jesús a Belén, llevándole regalos en conmemoración por su nacimiento, por ello en casi toda Europa se celebra como el día de los regalos, ilusiones y juguetes para los mas pequeños de la casa.
Este postre tradicional, se elaboró en las panaderías de toda Valencia hasta la década de los sesenta, pues fue desbancada por otro postre mas atractivo y barato para la época de origen francés, el roscón de Reyes (couronne des Rois).
La Casca era un postre que se elaboraba a base de almendras, huevos, ralladura de limón y azúcar, a veces ligada con patata y posteriormente horneada, siendo la receta hermana del mazapán moruno, que mediante un molde o amasado se daba distintas formas, aunque la tradicional fuera la de corona. Posteriormente se rellenaba de pasta de yema, confitura de boniato o calabaza de cabello de ángel y decorada en la parte superior con un glaseado blanco a base de clara de huevo y azúcar.
Habitualmente se solían acompañar estos postres con dulces, caramelos y monedas de chocolate.
Orgullosos los valencianos de sus antiguas costumbres, vuelven a comprar aquel postre que se realizaba antiguamente en las casas, y cada vez mas gente se interesa por hacer la Casca nuevamente en tan señalada fecha, aunque cabe citar que en muchas localidades no se ha perdido la costumbre de hacer este dulce.
Habitualmente se solían acompañar estos postres con dulces, caramelos y monedas de chocolate.
Orgullosos los valencianos de sus antiguas costumbres, vuelven a comprar aquel postre que se realizaba antiguamente en las casas, y cada vez mas gente se interesa por hacer la Casca nuevamente en tan señalada fecha, aunque cabe citar que en muchas localidades no se ha perdido la costumbre de hacer este dulce.
200 gr de azúcar glacé o en polvo
1 clara de huevo
Ralladura de 1 limón
1 yema de huevo
Ingredientes para el relleno de yema.
3 huevos (unos 200 gr.)
200 gr de azúcar
20 gr de harina de maíz en polvo (maizena)
90 gr de agua (medio vaso)
Preparación de la masa de la Casca
En un bol, mezclamos con la mano el azúcar glacé con la harina de almendra, procurando que no queden grumos de almendra. Si quedara alguno siempre se puede pasar por un tamiz o colador los dos ingredientes a la vez. Posteriormente y una vez bien mezclados, añadimos la ralladura de limón y la clara de un huevo y seguimos mezclando con la mano hasta que comience a quedar una masa espesa, la cual pasamos a la mesa de trabajo y comenzamos a amasar enérgicamente, pues debemos conseguir una masa suave y moldeable.
Una vez acabada la masa se espolvorea con azúcar glacé para formar una capa exterior protectora y la guardamos en la nevera tapada con un paño seco durante 12 horas para que repose, mientras podemos hacer el relleno de yema.
Para el relleno de yema.
En un bol batimos los huevos con el agua y lo colamos de forma que evitaremos que se nos formen luego las "galladuras" de la clara al cocer (especie de tela blanca de la clara). A parte mezclamos la harina de maiz con el azúcar hasta disolver los dos ingredientes que posteriormente unimos a las clara que habíamos mezclado con el agua.
Posteriormente y con una varilla lo introducimos en un cazo, poniéndolo a fuego lento y sin dejar de remover para que no se pegue hasta que espese. Rápidamente la sacamos del cazo y extendemos sobre la mesa de mármol o acero, de tal forma que se nos enfríe rápido para que no se ponga la crema de color verde. Este relleno una vez frío lo podemos guardaren la nevera tapado hasta que se use. Si por lo contrario quisiéramos realizar una confitura de boniato, la receta la encontramos en la etiqueta postres y dulces en la receta empanadillas de boniato
Seguidamente se desmolda, la ponemos en unas bandejas de horno y se introduce la casca en el horno que habremos calentado previamente a 180ºC, al menos lo tendremos durante 15 minutos, de tal forma que solidifique la masa. Transcurrido este tiempo la sacamos, pintamos la superficie con la yema de huevo que habíamos reservado, de tal forma que con el grill del horno haremos que dore la parte de arriba, de tres a cuatro minutos aproximadamente.
Mientras elaboramos rápidamente una glasa real, que consiste en la mezcla con una varilla en un bol de una clara de huevo a punto de nieve, 250 gr de azúcar glacé y una cucharada de zumo de limón (extraído del que habíamos rallado para la masa).
Transcurrido 3 ó 4 minutos, cuando comience a dorar la casca la extraemos del horno, y mediante una cucharilla rociamos la glasa por encima de la masa dando forma de hilos blancos, dejándolo enfriar hasta que lo podamos consumir.
Mientras elaboramos rápidamente una glasa real, que consiste en la mezcla con una varilla en un bol de una clara de huevo a punto de nieve, 250 gr de azúcar glacé y una cucharada de zumo de limón (extraído del que habíamos rallado para la masa).
Transcurrido 3 ó 4 minutos, cuando comience a dorar la casca la extraemos del horno, y mediante una cucharilla rociamos la glasa por encima de la masa dando forma de hilos blancos, dejándolo enfriar hasta que lo podamos consumir.
Finalmente y no desmereciendo el dulce roscón de Reyes francés, he de defender la gran aceptación que aun tiene en nuestro país, pues mejorando la receta del brioche francés, se tiene por costumbre rellenar este esponjoso roscón con crema de yema, nata, mousse de chocolate, crema pastelera o calabaza de cabello de ángel, por eso mismo volver a desbancar este dulce y apetitoso postre resulta muy difícil, desde luego hace especial el final de una comida de reyes en familia.
El roscón de reyes que aquí se realiza a diferencia de la receta francesa, resulta con forma de corona, con frutas escarchadas en su superficie imitando los diamantes de la corona y a la vez que se introduce el haba, también se introduce un pequeño detalle por el cual el que le sale en su porción de pastel será nombrado rey y quien le toque el haba pagará el roscón.
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